Ver decreto de creación en Boletín Oficial del Obispado de Bilbao, octubre de 1976, página 537. La recogida no se hizo por decreto episcopal, sino por la propia voluntad de las parroquias con las que se firmó un contrato de depósito que recogía el inventario de los libros recogidos. En las sucesivas recogidas de documentación se firma una relación de entrega que, en forma de anexo, se añadía al contrato.